miércoles, 8 de junio de 2011

Dios me dijo

Que no me gané una casa en ningún sorteo porque no puedo decir que no. Ni un carro, porque puedo engordar y chocar. Me dijo que si me sentía mal, ¿por qué no estaba trabajando para sentirme bien? Que el envejecimiento es inevitable, mis papás algún día morirán y ni siquiera me consta que exista el cielo u algún otro punto de reunión post-mortem, por eso tenía que disfrutar todo aquí mientras pueda y que si estoy aquí y ahora es porque cualquiera de los caminos que pude haber escogido van a llevar a esa flor de girasol gigante.

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